Nuestro proceso de producción artesanal
Así elaboramos en nuestra micro-kombuchería:
Infusionamos un blend propio de té verde y té negro en hebras con agua filtrada, lo endulzamos y lo enfriamos a temperatura ambiente. En este momento inoculamos el SCOBY, ¡que inicia el borboteo de la fermentación! Cubrimos el tanque de acero inoxidable con un lienzo de algodón y dejamos fermentar un par de semanas. El cultivo madre consume los azúcares y genera los beneficios para la salud del fermento puro: nuestra Kombucha Original.
Creamos recetas propias macerando frutas y cáscaras frescas, especias y hierbas para obtener nuestras kombuchas con sabores totalmente naturales. En Karma to Brew no usamos ningún tipo de extractos, ni naturales, ni artificiales. No filtramos ni pasteurizamos la kombucha, para preservar los sabores intactos y todos los beneficios de los probióticos.
Ajustamos el nivel de CO2 en el tanque de maduración y envasamos la kombucha en latas, botellas, growlers o barriles que almacenamos en frío para conservar el frescor y una acidez balanceada. Por ello nuestra kombucha se puede conservar 6 meses o más y siempre está ¡lista para tomar!
Los residuos que genera este proceso de elaboración, todos orgánicos, los recolecta una empresa local de compostaje para aprovecharlos de forma sustentable.